"Nit de paelles": más de 5.000 personas apuntadas
Ha sido una de las nit de paelles más multitudinarias, había inscritas ni más ni menos que 5.034 personas, 230 más que el año pasado, y si bien las cifras hablan por sí mismas, más si cabe lo hacen las imágenes: las calles estuvieron llenas hasta bien entrada la madrugada. Se contrataron 5.100 sillas, 850 mesas, 303 fuegos… unas cifras que reflejan que las paellas de Puçol triunfan cada año más.
La nit de paelles siempre es una de las más concurridas de las fiestas, pero lo de este año no se lo esperaba nadie. “Ha sido una noche increíble, yo creo que nunca había acudido tanta gente a las paellas. La discomóvil terminó a las 7 de la mañana y todavía había quien tenía ganas de más, nadie quería irse a casa… eso hacía mucho tiempo que no pasaba”, explica Guillem Cortina, el cap de los festeros.
Concretamente había apuntadas 5.034 personas, el año pasado fueron 4.804. “Había muchísima gente, yo por un momento pensé que a lo mejor no había bastantes sillas”, cuenta el cap. Pero el departamento de fiestas siempre contrata un margen de sillas mayor para cubrir el cupo de gente que acude sin apuntarse, en total se contrataron 5.100 sillas y 850 mesas.
La noche transcurrió como ya es habitual, a las nueve de la noche sonó el último de los tres cohetes que anunciaban el comienzo de las paellas. El ayuntamiento repartió 594 kilos de arroz y 273 litros de aceite a los inscritos. Después los vecinos se pusieron manos a la obra: unos hicieron paella, otros prefirieron torrá, eso da igual, lo más importante en la nit de les paelles es participar, pues precisamente, como dice el concejal de fiestas Manolo Piñol, “es una noche muy bonita y emotiva porque todo el pueblo sale a la calle, tanto colectivos, como vecinos… todo el mundo participa”.
Cuando los vecinos de Puçol terminaron de cenar, Primera Plana comenzó a tocar. En los descansos y al final de la orquesta los más jóvenes disfrutaron de una discomóvil, que en esta ocasión, se alargó hasta más de las 7 de la mañana. El año pasado la discoteca móvil apagó la música a las 5 de la mañana, en cambio en este 2010 los festeros quisieron ofrecer un par de horas más de baile a los más jóvenes de la localidad.
“Creo que este año la juventud está respondiendo muy bien, nosotros los festeros también somos jóvenes y sabemos qué es lo que le gusta a la gente de nuestra edad. Por eso intentamos cerrar las dicomóviles lo más tarde posible tarde, pero el problema es que hay dos o tres que siempre acaban armando bronca y nos fastidian la fiesta a los demás y por culpa de esos luego nos obligan a cerrar antes las barras y la fiesta en general”, sentencia Guillem. Una pena que haya gente que no sepa disfrutar de la fiesta como personas civilizadas, pero lo mejor de una noche como la de las paellas es que uno o dos individuos no son capaces enturbiar la fiesta de 5.034 personas.
Informa: Cristina Soriano



